La tecnología al servicio de la salud y bienestar de pacientes kinesiológicos
Las ondas de choque, que recién se están incorporando en el sistema público, se aplican en diversos cuadros como tendinopatías y entesopatías.
Es indiscutible que los adelantos tecnológicos han generado grandes avances en los tratamientos de salud y, por ende, en el bienestar de la población. Entre estas innovaciones se cuentan las ondas de choque que se aplican en diversas patologías con excelentes resultados.
Las ondas de choque se producen con distintos equipos: hay ondas radiales (tiempo de la onda más lenta y menos profunda) y ondas focales (con ciclo más rápido y mayor profundidad). Estas últimas son las más conocidas, ya que son las que se utilizan en la litotricia, es decir, en la destrucción de cálculos renales.
En el caso de las ondas radiales, son usadas en kinesiología para tratar diversas patologías. En la región del Biobío, además de las clínicas privadas, sólo el Hospital San José de Coronel cuenta con uno de estos equipos en el ámbito público.
Se trata de ondas de presión que se generan de forma rápida con una fase de presión positiva seguida de una fase de presión negativa. Esta última es la responsable de producir el fenómeno de cavitación, que es necesario para generar la mayoría de las respuestas biológicas. Los efectos son múltiples y complejos, ya sea a través de la expresión génica, aumentando la angiogénesis, osteogénesis, y la proliferación celular como, también, inducen una respuesta antiinflamatoria, analgésica y estimulante de las células madres.
En términos sencillos, las ondas de choque cuando se aplican donde existe dolor, producen un efecto analgésico, aumentan la circulación de la sangre y facilitan el proceso de reparación.
Diversas patologías
El uso de las ondas de choque está avalado en diversas patologías. En el caso de los kinesiólogos, son de gran utilidad en el tratamiento de tendinopatías y entesopatías crónicas de diversa localización, por ejemplo, en hombros, codos, caderas, tobillos y también en fascitis crónicas.
El kinesiólogo Francisco Blanc, jefe de la Unidad Fisiokinesiterapia del Hospital San José de Coronel y académico de la carrera de Kinesiología de la Universidad San Sebastián en la sede Concepción, se certificó para aplicar esta tecnología, y explica que “para aplicar las ondas de choque es necesario contar con diagnóstico y prescripción de un médico”.
El docente explica que la tendinopatía es una lesión crónica, una inflamación del tendón que perdura en el tiempo. Ahí es posible aplicar ondas de choque. “En oposición está la tendinitis, que es una inflamación aguda, de aparición puntual y que desaparece en corto tiempo”.
En el caso de la entesopatías, dice que la entesis es la zona donde el tendón se inserta al hueso. La entesitis es la inflamación aguda en esta zona y la entesopatía es la inflamación crónica y ahí se pueden aplicar ondas de choque.
Por último, la fascia es el tejido grueso de la planta del pie y una inflamación en esa zona y que perdure en el tiempo se denomina fascitis crónica, explica el kinesiólogo.
Por lo general, los tratamientos se extienden por alrededor de un mes con una sesión semanal. “Los deportistas, como no pueden dejar su actividad por demasiado tiempo, se tratan con fines analgésicos en sesiones día por medio, para que puedan realizar su actividad y luego se realizan los tratamientos terapéuticos”, explica.
Se pueden aplicar en todo tipo de personas y en niños mayores de 15 años. Claro que existen contraindicaciones como pacientes con marcapasos, embarazo, que cursen alguna infección, presenten tumores (benignos o malignos), problemas de coagulación o en administración de coagulantes, niños en fase de crecimiento, entre otros. Tampoco se puede aplicar sobre superficies cartilaginosas ni en pulmones ni zona gastrointestinal.
El especialista plantea que esta tecnología tiene muchas proyecciones como el uso de células madres en traumatología, terapia celular en odontología, regeneración dentaria, entre otros. Grandes perspectivas en un ámbito que recién comienza a introducirse en el sistema público.